Cuando su dueño cayó del árbol, el perrito corrió desesperado, llorando y lamiéndolo, como si su pequeño corazón pudiera traerlo de vuelta.

Todos sabemos que uno de los amores más genuinos del planeta es el que un perro le tiene a su amo, son capaces de hacer cualquier cosa por nosotros, ellos saben cuándo estamos alegres y cuando estamos tristes, incluso saben cuándo no estamos muy bien de salud e intentan acercarse a nosotros para hacernos sentir mejor, esto demuestra que somos importantes para ellos y si llegáramos a faltar se sentirían muy mal.

Desde entonces, Tony lleva una vida muy feliz y permanece junto a sus salvadores y padres adoptivos, pero su padre tuvo un accidente que le hizo sentir tanto miedo que no podía separarse de él, lo único que podía hacer era abrazar a su dueño.

Las ramas comenzaban a ser incomodas y podían resultar peligrosas con las ráfagas de viento, ya solo le faltaba una cuando cayó estrepitosamente en el hormigón, golpeándose fuertemente la espalda y la cabeza, y perdiendo el conocimiento por unos minutos.

La Defensa Civil llegó al lugar, le pusieron un collar ortopédico y con las técnicas adecuadas lograron montarlo en una ambulancia para que recibiera la atención médica necesaria, pero Tony nunca quiso separarse de Jesús, él solo quería que su dueño estuviera bien.

Jesús le dio unas palmaditas en la espalda para que supiera que todo iba a estar bien pero él seguía tan preocupado que incluso intentó subir a la ambulancia, pero tuvo que esperar en casa hasta que los médicos decidieron que el hombre podía regresar a su hogar.

Afortunadamente Jesús no había sufrido lesiones graves, solo tenía la inflamación causada por el impacto pero nada de qué preocuparse y en pocas horas regresó a casa para reunirse con Tony. Él asegura que su perrito es como un hijo y que incluso hacen una siesta juntos en la cama hasta que llega mamá y hace cumplir las reglas. Esperamos que Tony no tenga que sentir otra vez que podía perder a su padre, estamos muy seguros de que realmente lo ama.