
El año pasado, una perra abandonada fue encontrada en la calle tras dar a luz a una camada de seis crías. La madre estaba desnutrida y completamente agotada tras el parto, lo que la dejaba demasiado débil para cuidar de sus crías.

Afortunadamente, un grupo de cuidadores de perros experimentados la descubrió rápidamente, pero ella y los recién nacidos habían estado sin comida ni agua durante un período prolongado de tiempo y la ventana para salvarlos se estaba cerrando rápidamente.
Reunir a los perros resultó difícil, ya que la madre, asustada y agotada, mostraba señales de agresividad hacia los rescatadores. Pensaron que la habían abandonado hacía tiempo. Aún tenía su collar, pero su salud y temperamento indicaban que llevaba bastante tiempo viviendo en la calle.

Los perros abandonados suelen desarrollar miedo, agresividad y ansiedad por razones bastante obvias. Su trauma y desconfianza hacia los desconocidos la llevaron a reaccionar bruscamente contra los rescatistas mientras estos intentaban rescatarlos. Finalmente, lograron sacar a toda la familia de la calle.
Por supuesto, este es solo el primer paso del proceso. El rescate va más allá de simplemente sacar al perro de una situación crítica. También se trata de sanación y rehabilitación, y estos perros aún se encontraban en estado crítico.

Una vez que el rescate le proporcionó a la mamá una alimentación adecuada y agua, recuperó sus fuerzas. Entonces pudo alimentar a sus cachorros con la leche que tanto necesitaban. Durante las primeras cuatro semanas, la leche materna es el único alimento que reciben los cachorros.

Con suficiente comida para llenar sus estómagos, los cachorros, que antes no podían valerse por sí mismos, finalmente crecieron. Abrieron los ojos por primera vez poco después. La mamá perra seguía nerviosa, pero se sentía mucho mejor con su propia comida.