Un perrito temblaba intentando acurrucarse solo en el gélido frío, rodeado de sus heces, sin entender por qué lo dejaron.

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Sin mantas y en medio de sus propios excrementos, vivía un pobre perrito antes de ser rescatado.

Su nombre es Nox y con sólo 3 añitos ya había conocido lo dura que puede llegar a ser la vida sin la protección de un dueño verdaderamente responsable o un platito de comida al día.

La Fundación 30 Millions d’Amis quitó a Nox del “cuidado” de su antigua responsable humana, después de que se demostrara las terribles condiciones en las que la mujer lo mantenía.

El peludo vivía en un refugio improvisado a las afueras de una residencia en Nuncq-Hautecôte (Francia).

Los días previos al rescate el termómetro marcó  -10 grados centígrados en esa localidad, y era evidente que Nox estuvo todo ese tiempo aguantando los embates del duro clima.

perrito

Sus platos de comida estaban vacíos, su nicho perforado y a punto de colapsar, mientras que sus propias heces invadían el lugar.

Los rescatistas quisieran que esa cruda imagen de la criatura y el estado en que fue encontrado, llegara a calar en el corazón de su antigua dueña, para que se de cuenta de lo que logró con su maldad, negligencia y desamor.

Ante la inspección repentina de los voluntarios de la fundación y un supervisor del ministerio de ambiente, la exdueña de Nox se sintió intimidada y alegó no tener dinero suficiente para mantenerlo.

¡No hay excusas que valgan cuando de preservar la vida y la tenencia responsable de un perro se trata! No es cuestión de pobreza, es cuestión de amor.

En un principio, el pobre Nox se mostró asustadito ante la presencia de extraños.