Un perrito paralizado, lleno de dolor y desesperanza, encuentra la salvación cuando una mujer humilde decide ayudarlo

No podemos negar que la vida para los perritos callejeros está llena de desafíos, solos e indefensos están expuestos a múltiples peligros donde no siempre reciben la ayuda que necesitan.

Mestizo

Esta es la historia de uno de esos peluditos que se debatía entre la vida y la muerte, tenía una lesión tan gran que le resultaba imposible caminar, no podía hacer más que esperar que lo peor sucediera mientras agonizaba a un costado de la carretera.

La mujer, que ha decidido no revelar su nombre, quería llevarlo al veterinario pero su situación económica impedía brindarle al perrito toda la ayuda que necesitaba.

Mientras los rescatistas llegaban la mujer permaneció fiel al peludito, lo cubrió con una manta y le dio un poco de comida. No caben palabras para agradecer todo lo que ella hizo por el mestizo, fue un verdadero ángel para el indefenso ser que creía que todo estaba perdido.

Una breve revisión les confirmó que no podía mantenerse de pie ni sentarse por su propia cuenta. Ante esa situación hubo que trasladar al mestizo al refugio donde recibió toda la atención veterinaria que necesitaba.

Tras revisarlo el veterinario indicó que el mestizo tenía una lesión en su columna vertebral. Afortunadamente, se percató de que aún tenía cierta movilidad y sensibilidad en sus patitas traseras. Una excelente señal para su recuperación para este can.

Debido a su condición fue necesario que le realizaran fisioterapia, un proceso que Buster realizó de manera lenta pero satisfactoria. Sus cuidadores trabajaron arduamente para fortalecer sus músculos y articulaciones.

perrito

Afortunadamente, después de seis semanas de su rescate el can dio sus primeros pasos completamente solo. El proceso de rehabilitación era como si debiera empezar a caminar de nuevo, pero esta vez el mestizo contaba con el mejor equipo para acompañarlo.

La felicidad para el perrito Buster aumentó cuando lo llevaron a casa de la mujer que con su pequeño gesto contribuyó a salvarle la vida, entre caricias y dulces besos pasaron un rato inolvidable.