Un gemido de dolor rompió el silencio: nadie entendía hasta que vieron su sufrimiento y corrieron a ayudarlo.

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Los perritos de la calle tienen que lidiar con terribles circunstancias muy a menudo, y al no tener a ningún humano cuidándolos, es bastante frecuente ver a estas criaturas enfrentándose a situaciones de vida o muerte.

Se trataba de una cachorra de tan sólo unos meses de edad que tenía toda la parte inferior de su abdomen cubierto de alquitrán, al punto en el que sus patitas estaban pegadas y su pelaje se estaba soltando debido al material en base a petróleo.

Los miembros de la organización Animal Aid Unlimited fueron alertados de la situación y saltaron a la acción. Al llegar y evaluar el estado en que se encontraba la perrita, la cubrieron en una manta para que no se fuera a lastimar, y al revisar el área encontraron a su hermano mayor que también tenía las patitas cubiertas de alquitrán.

Los dos animalitos fueron llevados de vuelta a la sede de la organización, en donde primero se les quitaron las costras negras que tenían y las rocas que cargaban pegadas al cuerpo, una tarea que tomó mucho tiempo y paciencia de parte de los perritos, quienes eran los que debían esperar a que les cortaran todo el pelaje enmarañado.

Los dos pequeños fueron bautizados Chip y Monk, y aunque su pelaje había sufrido bastante por lo tóxico del material, sus vidas estaban intactas.

Aquel terrible incidente quedó en el pasado y ahora los dos hermanos están listos para recuperar el tiempo perdido

Se teoriza que todo fue un accidente y el que quedaran atrapados en alquitrán no fue obra de personas malintencionadas. En este caso, las personas que los encontraron tomaron las medidas apropiadas para poder salvar las vidas de tan nobles e inocentes criaturas que dependían de los humanos para sobrevivir.