Malcolm es un perro bastante especial que por un buen tiempo debió padecer la rudeza de la vida en la calle, hasta que llegó a un refugio en el que pensó que todo cambiaría pero resultó que aún le quedaban por superar algunas pruebas antes de ser verdaderamente feliz.
Malcolm fue llevado a la Liga de Rescate de Animales de Michigan (Estados Unidos) como un perro callejero, en ese momento nadie conocía absolutamente nada sobre su pasado pero sus marcas físicas hablaban de todas las necesidades que había soportado.
Con esa personalidad tan carismática y dócil, todos creyeron que la estadía del perro en el lugar sería muy breve.
Pero con el pasar de los días los cuidadores comenzaron a perder las esperanzas. Nadie sabía lo que sucedía pero lo cierto era que otros perros resultaban adoptados, menos Malcolm.
El can pronto se convirtió en el residente más antiguo del lugar.
Esta perrera se caracteriza por la rapidez en el proceso de adopción, así que el peludo en cuestión había llegado a representar un desafío para todos.
Muchos se preguntaban qué pasa con el buen Malcolm que no lograba enamorar a una familia, si a todos en el refugio los tenía encantados con su personalidad.
Malcolm se acostumbró bastante rápido a todos en el refugio y gracias a su encantadora actitud con los chicos logró dar con su familia ideal. El perro fue adoptado por una antigua voluntaria del refugio.
El compartir con la chica no fue nada nuevo para el perro, pero este pequeño parece haber detectado algo diferente el día en que se tomó su primera foto formal con quienes serían su familia temporal.
Después de una espera de 279 días el chico fue adoptado y, aunque sus cuidadores estaban un poco tristes, el buen Malcolm parece haberle sonreído con todas las ganas a su nueva vida.
El can encajó perfecto en su nuevo hogar ama los paseos por el parque y las aventuras con sus dueños. Por eso podemos decir que este amigo esperó por la familia que siempre había merecido, una responsable y amorosa.