En medio de la desolación y el profundo dolor que invade no solo su cuerpo sino su alma, muchos suplican recibir una nueva oportunidad que les permita demostrar que también tienen derecho a vivir, a ser amados y respetados como cualquier otro animalito.
Esta es la historia de Lemon, una pequeña chihuahua que fue rescatada de las calles, su situación era alarmante, parecía un diminuto bulto de piel de hueso, con la mirada perdida y llena de miedo.
Estaba demacrada, hiportérmica y deshidratada, tan débil que no tenía fuerza para mantenerse de pie, mucho menos para caminar.
Su proceso de recuperación fue bastante lento, pero la pequeña perrita parecía dispuesta a luchar por su vida.
Los primeros días le colocaron una sonda de alimentación para ayudarla a subir de peso, tenía sus ojos abultados, presentó una inflamación en los tejidos de esa zona que podía afectar el nervio óptico.
En medio de un panorama poco alentador, la pequeña Luna no dejaba de mover su colita, era como si quisiera decir que estaba dispuesta a luchar y que no la dejaran sola.
Poco a poco fue revelando pequeños cambios que animaban a sus cuidadores a seguir adelante, después de días de total incertidumbre, le quietaron la sonda y le daban pequeñas porciones de comida durante todo el día. Increíblemente, poco después sorprendió a todos dando sus primeros pasos.
Lemon hacía todo lo que estaba a su alcance, si intentaba caminar y se caía, se levantaba y seguía adelante, su espíritu de lucha conmovía a quienes estaban viviendo de cerca tan increíble transformación.
Esta adorable perrita empezó fisioterapia, sus cuidadores tenían la certeza que esto la ayudaría a estirar y fortalecer sus músculos, también mejoraría su forma de caminar.
Después de un largo proceso la pequeña Lemon dio grandes cambios que agitaron el corazón de alegría de sus cuidadores, sus ojos mejoraron lentamente, había aumentado el doble de su peso corporal y ya podía caminar sin tropezar o caerse con tanta frecuencia
Hoy día vive con una pitbull rescatada llamada Rosie, se ha convertido en una especie de custodio para Lemon, actúa como toda hermana mayor, la cuida y la acompaña no solo en los momentos de jugar y hacer travesuras sino cuando necesita hacer alguna terapia.
Ya han pasado algunos meses desde aquel día en que fue rescatada con la mirada perdida y muy indefensa, gracias al increíble trabajo de sus cuidadores y su ganas de vivir es una perrita que nos demuestra que no hay imposible cuando el amor y las ganas de luchar son mayores.