Una dulce perrita que vivía en las calles se encontraba durmiendo en las vías de un tren sin imaginar el peligro que eso podía significar. Estaba durmiendo tan profundamente que no se dio cuenta cuando el tren comenzó a acercarse a ella a toda velocidad.
La peludita solo contaba con unos pocos segundos para salir de allí ilesa pero esto no fue suficiente.
El tren hirió una de sus patitas y la pobre comenzó a llorar. Su recuperación no sería sencilla pero afortunadamente se topó con muchos humanos amorosos dispuestos a brindarle una nueva oportunidad.
El resultado fue muy duro: le produjeron una herida tan fuerte en una de sus patitas traseras. Después de ese episodio, la perrita continuó vagando por la zona. Necesitaba ayuda con urgencia por la gravedad de su herida pero no dejaba que nadie se acercara a ella.
Había pasado por algo muy difícil, así que tenía miedo y no sabía qué hacer. Sin embargo, los rescatistas se acercaron y se dispusieron a luchar por ella. La llamaron Florence.
El principal riesgo era que Florence perdiera demasiada sangre antes de poder ayudarla.
Contactaron con el grupo de rescate Animal Aid Unlimited y en cuanto llegaron vieron a la pequeña caminando con mucha dificultad. Se veía que no la estaba pasando nada bien, pero era tan dulce que aún así movía su colita de un lado para otro.
Por desgracia, sentía algo de desconfianza y cuando intentaron atraparla para llevarla al médico comenzó a huir para tratar de alejarse de los rescatistas lo más pronto posible.
Animal Aid Unlimited se centra en ayudar a los perros de la calle, pero también atiende burros, vacas y monos.
No fue tarea fácil. Buscaron una manta y de esta forma lograron capturarla. La llevaron al veterinario y le realizaron una serie de pruebas. Allí se dieron cuenta de que la herida en su patita era realmente un asunto delicado. El tren había pasado por completo por encima de una de sus patitas y había quitado una gran parte.
Era necesario amputarle la parte que le quedaba pero estaba tan delgada y había perdido tanta sangre que tuvieron que esperar un par de días antes de realizar la cirugía. En cuanto se recuperó un poco más, Florence entró al quirófano.
Para ella, era muy difícil comprender qué estaba sucediendo pero en muy corto tiempo había aprendido a confiar en los rescatistas. Nunca había recibido tantos cuidados y amor.
Ahora Florence ya está completamente fuera de peligro.
Un par de semanas después, la perrita demostró lo fuerte que era. Sus rescatistas le han dado todo el amor del mundo y la han ayudado a recuperar su confianza en los humanos.
Hoy en día, está prácticamente irreconocible. Adora compartir con los otros perritos del lugar y no para de dar besos a todos los que la han cuidado en señal de agradecimiento.
A Florence no parece importarle en absoluto que le falte su patita.