Una perrita negra de diez años sufrió un acto egoísta y contradictorio al ser dejada de lado por su familia a las afueras de un refugio. Si bien muchos aplaudirían que la hayan dejado en ese lugar y no en un sitio peligroso, el modo en que la abandonaron partió el corazón de los trabajadores del refugio, pues el hecho fue vergonzoso e indignante
Temblorosa y angustiada fue recibida la peluda dentro de una bolsa plástica. ¡Sí! Por triste que suene, ese fue el cruel modo que eligieron sus antiguos dueños para dejarla.
Al parecer la inmovilizarla para que la perrita no los siguiera y tampoco manchara la tapicería del vehículo en el que la transportaron. Pero esa justificación solo hizo del asunto un acto más reprobable.
Se trata de los empleados de Saving Carson Shelter Dogs, quienes no podían aguantar las ganas de llorar vieron a la perrita envuelta en plástico y dentro de una caja de cartón.
Ni paquetería ni traste viejo, era un animal lo que estas personas decidieron dejar en el refugio.
Blackie tenía un tumor que había crecido tanto al punto de comenzar a sangrar, por esa razón su familia había decidido dejarla en el refugio.
Según un trabajador, las personas alegaron no tener los recursos para llevarla a un veterinario y cubrir su tratamiento. Pero cuando les propusieron ser ellos quienes se encargaran de los gastos, tampoco quisieron conservar al animalito.
Su familia le había dado la espalda y en el refugio no iban a hacer lo mismo, por ese motivo la acogieron con mucho cariño.
Lo primero fue sacarla de la bolsa y darle un bañito, necesitaban evitar que el tumor se infectase. Por suerte la perrita resultó ser bastante agradecida y dócil, y se dejó revisar y atender sin ningún tipo de problema.
En el refugio no podían conservarla pero decidieron llamar a sus colegas de Frosted Faces Foundation en San Diego, California, quienes se encargaron de la perrita.
En este lugar, Blackie fue muy bien recibida y puesta en tratamiento para trata su tumor. Finalmente debieron extirparlo y el procedimiento se llevó a cabo satisfactoriamente en el High Valley Veterinary Hospital.
Tras la operación, Blackie debió guardar reposo y sus cuidadores la llenaron de atenciones y cariño.