Perrita con cáncer terminal vive lo suficiente para dar un último abrazo a su papá, llenando sus corazones de amor

La fidelidad de algunos animales no tiene límites y de esa manera lo demostró una perrita enferma de un cáncer terminal que aguantó el tiempo suficiente para ver otra vez a su dueño después de un despliegue militar.

Perrita

El nombre de esta criatura tan leal es Kermie. La mezcla Lab-Beagle-Chow Chow de 11 años fue llevada a una clínica dental para un chequeo y limpieza y salió diagnosticada con un cáncer.

Jennifer Ralston, esposa del marine, llevó a la peluda a consulta un mes después de que el hombre se deplegara a una nueva misión.

Por desgracia la realidad era otra, pues Kermie fue diagnosticada con cáncer bucal o melanoma oral y el pronóstico de vida era de dos a tres meses.

La perrita era para ellos ese primer acercamiento a la paternidad.

«Estábamos devastados, por decir lo menos. Kermie fue nuestra primera hija, y no pensamos que Eric pudiera volver a verla», dijo la Sra. Ralston.

Después del diagnóstico Jennifer se ocupó personalmente del cuidado de la perrita. La mujer le daba su medicina y la alimentaba de la mano para asegurarse de que comiera lo suficiente, pero hubo semanas en las que pensó que Kermie no resistiría y moriría sin despedirse de su humano.

Aunque tuvo varias recaídas, la peluda superó por mucho, el tiempo que le habían pronosticado de vida.

De hecho, hubo una extensión de la misión y la familia pensó que el hombre no llegaría a tiempo, pero el marine logró abrazar a su peluda el día en que volvió a casa en Northglenn, Colorado.

A través de un vídeo en redes sociales se compartió el reencuentro del padre y la peluda, y este se volvió viral.

La única explicación que tenemos del caso es que la felicidad que sintió la canina en ese momento fue la mejor medicina para recargar sus energías y su corazón.

En la grabación de escasos segundos se ve a la perrita correr desesperada por abrazar a papá sin parar de mover su colita, hasta el punto de lamer también su rostro.

El regreso de Eric fue justo antes de Navidad y esas semanas después la perrita demostró tener mucho ánimo, incluso logró celebrar su cumpleaños número doce en el mes de enero, pero cruzó el arcoíris semanas después.

El cáncer de Kermie había avanzado mucho y en febrero regresó todo su dolor, así que la familia escuchó la recomendación del veterinario y la pusieron a dormir.