Una perrita a punto de ser dormida para siempre por la condición de su columna, se aferraba a la esperanza de tener la segunda oportunidad que merecía. Su enfermedad no le quita el derecho de tener una vida digna, siendo amada y respetada.
Desde el primer instante que Anna vio a Tilly supo que era una perrita especial.
Cuando Anna tuvo a Tilly en los brazos no podía creer que nadie quisiera llevarla a casa.
Desde ese momento Anna se prometió que Tilly nunca más se sentiría rechazada.
A medida que Tilly crecía su columna vertebral corta fue más notoria, sin embargo, eso no le ha impedido hacer todo lo que el resto de los peludos hacen.
Tilly no duda en demostrarle a Anna su agradecimiento por todo lo que hace por ella. Tilly tiene una vida feliz, se siente amada y le encanta su hogar.
Aunque esta adorable perrita no se siente diferente, su apariencia llama la atención no solo de las personas, sino también de los otros peludos.
«Los otros perros suelen intrigarse cuando la ven, pero son muy amables con ella. Sin embargo, no le importa. Definitivamente es una perrita decidida y sí quiere jugar lo hará con cualquier cachorro sin prestar atención a su tamaño”, dijo Anna.
Anna asegura que ha aprendido mucho de Tilly y no cambiaría nada de ella.
Anna se siente muy afortunada de tener a Tilly, y es muy feliz de que sea ella quien le de a esta perrita una vida feliz. Tilly le recuerda constantemente a su madre que ser diferente es algo especial.