Liberada del camión, la perrita esperó temblando en el aeropuerto, con ojos llenos de miedo y esperanza por su ángel humano.

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Pearl es una perrita indefensa que estuvo a punto de convertirse en una estadística más, al igual que tantos canes víctimas del comercio de carne de perro en China.

Perrita

Además del final que le esperaba a esta perrita, sus captores la mantenían en condiciones deplorables. Para las personas que se dedican al tráfico de estos animales, la vida de los canes vale muy poco y solo había que mirar a Pearl para comprobarlo.

La perrita sufría de una seria infección en su piel y además le faltaba una patita. Para los rescatistas era evidente que su caso ameritaba atención inmediata, puesto que la peluda no tenía ni fuerzas para mantenerse de pie.

Sorprendentemente Pearl sobrevivió a esos primeros días de tratamiento y, cuando la medicina y los suplementos comenzaron a hacer efecto, la perrita demostró las energías y ganas que tenía de vivir.

Gracias a la divulgación que la fundación dio al caso, una mujer en Estados Unidos se interesó en la canina y decidió cooperar en su recuperación. La voluntaria llamada Leah sería la madre temporal de la peluda hasta que lograran su reubicación total.

Debido a las lesiones sufridas, la pequeña tenía dificultades para moverse con sus tres patas y una desviación en sus caderas. Leah veló por ella durante un tiempo, pero después encontró a la persona ideal para continuar con el proceso de recuperación de la perrita.