Durante años, Minnie y su dueño fueron compañeros inseparables y rara vez se separaban. Y lo mismo sucedió cuando recibió la devastadora noticia de que tenía una forma rara de cáncer.
“Ella era su constante; su fuente de consuelo en los días más difíciles”, escribió la Humane Society of Greater Niagara en una publicación. “Pero a medida que avanzaban los tratamientos, su salud empeoró y tuvo que tomar una decisión desgarradora: encontrar a alguien que pudiera cuidarla cuando él ya no podía”.
Mientras el dueño de Minnie recibía tratamiento, su perro enfrentó sus propios problemas, sentado en el refugio viendo pasar a posibles adoptantes.
“Por primera vez desde el día en que nació, Minnie fue separada de él”, escribió el refugio. “E incluso mientras luchaba contra el cáncer, pensaba en ella todos los días, llevaba sus placas de identificación en su billetera y visitaba el refugio solo para verla desde lejos”.
Sociedad Humanitaria del Gran Niágara
Pasaron años sin que Minnie encontrara un hogar definitivo que llenara el vacío dejado cuando ella y su amado dueño se vieron obligados a separarse. Pero este agosto llegó algo aún mejor.