La mujer acuna a su cachorro moribundo sobre el pavimento ardiente, llorando y rezando para que el amor lo salve.

En el sofocante calor de Arizona, una cachorrita inmóvil yacía en el implacable pavimento. Sus ojos, apenas abiertos, imploraban ayuda. Anhelaba desesperadamente que la ayuda llegara a tiempo. ¡Por suerte, el destino intervino! Una compasiva transeúnte llamada Sarah vio a la cachorrita. Se le rompió el corazón al verla sufrir. No soportaba dejarla a su terrible destino. Con delicadeza, la levantó en brazos.

Decidida a darle a la pequeña una oportunidad de sobrevivir, Sarah la envolvió en una toalla y la llevó rápidamente a la Sociedad Protectora de Animales de Arizona. La cachorra, que más tarde se llamaría Penélope, estaba en tan mal estado que sus posibilidades de sobrevivir parecían escasas. Cubierta de pulgas y demacrada, apenas podía moverse, y mucho menos comer. Inicialmente, el personal consideró la dolorosa decisión de sacrificarla, ya que su condición parecía demasiado grave para superarla. Sin embargo, decidieron consultar con los veterinarios del refugio antes de tomar una decisión final.

Los médicos, al ver el estado de Penélope, supieron que era una batalla cuesta arriba, pero no podían dejarla ir sin luchar. Comenzaron a administrarle una transfusión de sangre y un régimen de medicamentos cuidadosamente planificado para combatir las pulgas y fortalecer su debilitado sistema inmunitario. En medio de este período crítico, surgió una luz de esperanza. Murphy, otro perro rescatado que vivía en el refugio, se interesó de inmediato por Penélope. Se convirtió en su ángel de la guarda, velando por ella con devoción inquebrantable. Murphy la lamió con ternura, como para asegurarle que no estaba sola en esta batalla.

Penélope comenzó a recuperar fuerzas poco a poco. Respondió a la atención constante del personal del refugio y de su protector canino, Murphy. Mientras Penélope continuaba su recuperación, el personal del refugio buscó incansablemente el vecindario donde la habían encontrado, con la esperanza de reunirla con su madre. Tras días de esfuerzo constante, finalmente encontraron una perra que coincidía con la descripción de su madre. La perra madre también se encontraba frágil, con las cicatrices de la vida en la calle.