Un hombre de 30 años llamado Supatra Baisri pasaba por una finca artificial en Tailandia cuando escuchó serios llantos de preocupación provenientes de la zona separada.
Mientras seguía los sonidos, se sorprendió al localizar a un canino mujerilmente atrapado en el asfalto de caucho fundido.
El cuerpo de la perra quedó sumergido en el espeso aguanieve, dejándola completamente inmóvil. Había logrado ligeramente sacar la boca de la mezcla dañina para mantener la respiración. Supatra usó un palo para ayudar al canino a salir, pero estaba demasiado lejos y despiadadamente asegurada en esa trampa moгtаɩ.
Supatra llamó a los servicios de urgencia en un intento desesperado por salvar su vida. Los salvadores llegaron al lugar y utilizaron una excavadora para sacar al perro y al navegante colocado a su alrededor. La respiración rápida e irregular de la pobre criatura y su piel traumatizada eran signos informales de su condición crítica.
Al ver la gravedad del asunto, los empleados atendieron al perro inmediatamente después de la liberación. Utilizaron específicamente lienzo de Benzin en el perro durante las siguientes dos horas para eliminar el caucho solidificado y ayudar a dañar aún más la piel.
Gracias a la colaboración de tantas personas, el perro, ahora llamado Mali, está a salvo y se recupera bien.
Aún así, su sufrimiento podría haberse evitado si los desechos fundidos (provenientes de las reparaciones de carreteras) se hubieran eliminado con sensatez en lugar de descargarlos en un terreno que se sabe que es visitado por mascotas descuidadas.