Durante semanas, Alma había estado perdida en las calles y deambulaba sola. Tenía hambre, sed y estaba aterrorizado. Su pelaje eга escamoso y la sangre manaba de varios cortes en su cuerpo. eга un perro de 8 años, pero parecía mucho mayor debido a su sufrimiento. Un día, una mujer de buen corazón llamada Silvia vio a Alma tirada en un rincón, sin apenas moverse.
Sabía que tenía que ayudarla. Se acercó a Alma lentamente, hablando con voz suave. Alma estaba asustada y cautelosa pero no huyó. Miró a Silvia con sus ojos tristes y gimió suavemente. Silvia levantó con cuidado a Alma y la llevó a una clínica veterinaria cercana. El veterinario quedó impactado por el estado de Alma.
Tenía varias heridas que lo dejaban gravemente desnutrido, deshidratado y requería atención inmediata. El equipo veterinario rápidamente se puso a trabajar, limpiando las heridas de Alma y dándole analgésicos. Lo lavaron y le dieron comida que comió agradecido. El estado de Alma eга crítico, pero tenían la esperanza de que con el tratamiento adecuado se recuperaría. Día 8: Alma permaneció en la clínica y fue atendida las 24 horas del día.
Día 30: Poco a poco Alma empezó a desarrollarse. Sus heridas comenzaron a sanar y su pelaje volvió a ser suave y brillante. Día 50: Silvia llevó a Alma a casa y le dio una cama cálida y cómoda para dormir, mucha comida nutritiva para comer y mucho amor y atención. Alma finalmente tuvo un hogar y ya no estaba asustada ni triste. Día 75: Con el tiempo, Alma sanó por completo y las cicatrices desaparecieron.
Día 150: Se convirtió en un perro feliz y sano, lleno de energía y amor. Silvia y Alma vivieron juntas muchas aventuras, exploraron el aire libre, jugaron y se acurrucaron en el sofá.