El pobre perro enfermo abandonado en un pequeño rincón no perdió la esperanza de vivir, pero buscó ayuda valientemente en el duro calor del verano antes de su duro destino.
Kaya gradualmente comenzó a mostrar signos de mejora a medida que pasaban los días. Movía la cola y nos lamía las manos en señal de agradecimiento. Fue reconfortante presenciar el progreso diario de Kaya. Sabíamos que estaba progresando en su recuperación.
La pierna lesionada de Kaya comenzó a mejorar un poco un día. Estábamos encantados de poder ofrecer su progreso. Seguimos brindándole cuidados y la medicación necesaria. Kaya empezó a consumir más alimentos y a ganar peso. Se hacía más fuerte cada día.
Al poco tiempo, Kaya comenzó a mostrar su lado juguetón. Corría por la casa y jugaba con sus juguetes y su cola. Fue un placer volver a ver a Kaya feliz y activa.
Después de varios meses, Kaya ahora estaba completamente recuperada. Su piel se había recuperado por completo y le había crecido un hermoso abrigo de piel. Nos quedamos asombrados de lo drásticamente que había cambiado Kaya desde que lo descubrimos por primera vez en la acera.
Estábamos encantados de haber ayudado a Kaya y haberle dado una segunda oportunidad en la vida. Se había convertido en un miembro de nuestra familia y lo amábamos muchísimo. Kaya se había transformado de un perro triste y herido a uno alegre y saludable. Fue un testimonio de la fuerza del afecto y el cuidado.