Chico es uno de esos tantos perritos que tuvo el infortunio de que le tocara la familia equivocada.
Algunas mascotas envejecen y mueren junto a sus humanos, recibiendo de ellos amor y atenciones por toda la vida. Otros no corren la misma suerte.
El grupo de rescate Doggie Bonez supo de la existencia de un perrito que dormía en una zona sumamente peligrosa sobre un montón de basura arrinconada. Cuando se aproximaron al lugar, de inmediato constataron los riesgos.
Al principio notaron que la tristeza en su mirada era enorme. Intentaron darle de comer una hamburguesa y aunque en los primeros instantes no se mostró demasiado interesado, poco a poco comenzó a ceder, decidió confiar y probó el bocado que buenamente le ofrecieron sus rescatistas.
Era la hora de que el perro abandonara su rincón lleno de suciedad y se encaminara hacia una nueva vida, así que aprovecharon su docilidad para alzarlo en brazos y llevarlo lejos de allí.
Se dieron cuenta de que Chico tenía un collar, pero no un microchip. Perteneció a una familia, pero no había forma de saber quiénes eran los responsables de su abandono.
Al llegar al veterinario se determinó que salvo su depresión, desnutrición y deshidratación, la salud de Chico era buena.
No solo recibió todas las atenciones necesarias, también le dieron un merecido baño. ¡En muy poco tiempo, Chico dejó aflorar su verdadera personalidad!
Amoroso, juguetón, inteligente y despierto, parecía un animal muy distinto al que habían sacado de las calles.
Ahora, para alegría de todos los involucrados, tiene una familia formidable y amorosa. ¡Un perrito más que recibió una mano amiga en el mejor de los momentos!
Nos alegramos que el destino de Chico haya cambiado para siempre, comparte para visibilizar el drama de tantos perritos que no terminan así. Ellos también sienten y sufren y no es justo que los humanos les hagamos tanto daño.