A pesar de que existen cientos de campañas y batallas constantes por los derechos de los animales, lamentablemente en algunos países no existe ningún tipo de ley que los proteja.
Nuestro pequeño protagonista recibió una fuerte bofetada sin motivo alguno, y el cachorro quedó postrado y herido en un trabajo que se convirtió en su refugio.
Inmerso en su dolor, el cachorro fue muriendo lentamente hasta que una mujer lo escuchó y decidió actuar para salvarlo. Llamó al refugio de animales local y trajo una manta para cubrir al desafortunado animal.
Mientras esperaban ayuda, los verdugos volvieron a golpear nuevamente al perro pero la mujer se interpuso, no permitió que la siguieran torturando, incluso sufrió algunos golpes por estar en el camino.
Afortunadamente, los rescatistas llegaron y le dieron el tratamiento que necesitaba, lo llevaron de inmediato al refugio y le dieron algunos analgésicos y antibióticos para aliviar el dolor.
El veterinario no estaba presente, por lo que tuvieron que esperar hasta el día siguiente para examinarlo y obtener un diagnóstico detallado. El cachorro no era muy amigable, intentó atacar a los rescatistas, lo cual es bastante normal, algunos tipos fueron los culpables de su sufrimiento.
Suki estaba tan sorprendido que no quería que nadie lo tocara, era muy difícil examinarlo a fondo, no quería hacer contacto visual y miraba constantemente a la pared.
Pasaron algunas semanas hasta que los rescatistas se ganaron la confianza del cachorro y él se dio cuenta de que solo querían ayudarlo.
Por fin el cachorro ha mejorado su estado de salud y ya puede sentarse y ponerse de pie por sí solo. Ahora luce un maravilloso pelaje sedoso y espeso, es un perrito realmente feliz.