Muchos piensan que los perros son fieles solo por dependencia, porque necesitan de alguien quien los cuide y alimente. Sin embargo, la realidad es que la relación que se puede llegar a establecer entre un ser humano y su mascota va mucho más allá de la comida. Los perros son nuestra mejor compañía.

Don José y su perro, Rubio, viven juntos desde hace años en las calles de Ciudad del Este, en Paraguay. Desde que se encontraron se volvieron inseparables en las buenas y en las no tan buenas que, de hecho, han sido las más, debido a la condición de vida que ambos llevan.

La verdad es que don José tiene la buena fortuna de estar vigilado por muchas personas que se preocupan por su bienestar, ganada con creces por su gran amabilidad. Sin embargo, lo que a don José le brinda mayor seguridad es la compañía de su amado perrito Rubio.

Don José dejó llevarse a un albergue con la única condición de que Rubio lo acompañase. No estaba dispuesto a dejarlo solo ni un segundo, menos en estas condiciones. Y, así fue como los uniformados dejaron que el perro subiera a la patrulla y ambos fueron trasladados hasta un refugio.

Después de ver e imaginar esta hermosa escena, no nos cabe la menor duda de que los perritos y las mascotas, en general, son nuestros compañeros ideales, los más fieles y sinceros, quienes no saben herir o resentir, almas puras y tiernas, en fin, ángeles sin alas caídos a la Tierra para darnos amor y fidelidad.

La historia de Don José y Rubio nos recuerda la importancia de cuidar bien de una mascota, incluso en las situaciones más complicadas y difíciles. Por eso es por lo que las queremos tanto, porque siempre estarán presentes junto a nosotros y, aun cuando la muerte llame, permanecerán en nuestro recuerdo.

Comparte este relato de amor y fidelidad con tus mejores amigos. Muéstrale a tu perro cuánto lo amas porque, cuando un hombre se apiada y cuida de todas las criaturas vivientes, solo entonces pude ser considerado noble.