Con el alma rota: un perro con ojos llenos de tristeza sueña con amor y el calor de un hogar perdido

Tener una mascota paralizada, ya sea un perro o un gato, no es fácil para ningún dueño debido a las demandas específicas que tienen. Es por eso que a menudo los perros paralizados son abandonados por sus dueños.

Por suerte, uno de los empleados del cuidado de perros se percató de la situación de Luneta y se horrorizó, así que llamó al grupo de rescate Luba Salta. Pronto, dos voluntarios acudieron para verificar la salud de Luneta y llevarla consigo.

La encontraron acostada boca abajo en la acera, atada a una baranda cerca de un establecimiento de cuidado de perros.

Sus patas traseras estaban atadas a una silla de ruedas oxidada. Junto a ella había una bolsa de pañales y un mensaje con su nombre, edad y explicación.

Sus antiguos dueños indicaron que no podían seguir cuidándola y, tristemente, no le dejaron comida ni agua.

Luneta fue llevada a un refugio y luego a una familia de acogida. Los voluntarios compartieron su historia en Facebook con la esperanza de encontrarle un hogar permanente.

Finalmente, una familia estadounidense se puso en contacto con el grupo y se ofreció a darle a Luneta un hogar para siempre.

Desafortunadamente, las cosas no salieron bien para Luneta en su nuevo hogar. La familia no sabía cómo cuidar adecuadamente a un perro discapacitado y terminaron ignorándola, lo que resultó en que Luneta contrajera una enfermedad estafilocócica ɡгаⱱe.

Después de eso, otra familia estadounidense intervino y le ofreció a Luneta un hogar. Junto con su nueva familia y disfrutando de una salud maravillosa, se convirtió en una de las perritas más felices que hemos visto.

Luneta pudo jugar con su hermana perruna, moverse con una silla de ruedas especialmente adaptada, visitar parques, jugar en la nieve e incluso celebrar la Navidad.

Desafortunadamente, apenas un mes después de celebrar su 11º cumpleaños, Luneta se enfermó y tuvo que ser trasladada a la unidad de cuidados intensivos del һoѕріtаɩ médico universitario, donde luchó nuevamente por su vida y finalmente falleció rodeada de sus seres queridos.

La madre de Luneta publicó en Facebook: “Nunca la olvidaré y lo mucho que significó para mí. Ha afectado mi vida para siempre. La amaba mucho”.

El viaje de Luneta ha llegado a su fin y es un excelente ejemplo de resiliencia. Pero una cosa es segura, el último año de la vida de Luneta fue el mejor que haya tenido.

¡Comparte este artículo con todos tus amigos para honrar la memoria de esta gran perrita! Descansa en paz, ¡Luneta!