Ciega y temblando en la oscuridad, la perrita esperó en vano a la familia que la abandonó cuando más los necesitaba.

Muchas personas afirman estar con sus mascotas toda la vida, pero a veces, cuando las cosas no salen como esperan, es fácil ver cómo cambian de opinión.

Originalmente, tenía familia, pero la despreocupación e intolerancia de estas personas hicieron que un día la abandonaran. La razón es la más cruel que puedas imaginar: la perrita se había quedado ciega. Una niebla blanca le cubría los ojos.

La familia del animal ya no quiso tener ninguna responsabilidad sobre ella, por lo que la mejor alternativa que encontraron fue arrojarla a la calle a su suerte.

Afortunadamente, los vecinos conocían la historia, así que buscaron a alguien que pudiera ayudar. Contactaron a Tavo Gutiérrez, activista animalista que forma parte del equipo de Badabum, quien no dudó en responder a la llamada.

Al parecer, los mastines napolitanos tienen párpados muy gruesos que se retraen sobre el ojo. Esto provoca que las pestañas rocen constantemente la córnea, produciendo un callo que causa ceguera.

Para evitar que esto suceda, los ojos de estos perros deben tratarse con gotas y antibióticos, por lo que Tavo se tomó muy en serio el cuidado de Matilda. En tan solo unos meses, ya era una perra muy diferente.

Había recuperado la vista por completo, estaba completamente sana y había recuperado su complexión normal. Esta cariñosa mascota estaba lista para encontrar una nueva familia que se comprometiera con ella para siempre.

Este tipo de noticias nos alegran el día, porque nos demuestran que todavía hay personas dispuestas a hacer algo por los menos afortunados, por eso debemos compartirlo.