En ocasiones las tragedias ocurren de los modos menos esperados y por ello no dejan tiempo para improvisar ninguna clase de despedidas. La muerte repentina de un ser querido es difícil de asimilar para cualquier ser humano, pero lo es aún peor para un fiel perrito.
Este amiguito de cuatro patas vive en el municipio de Múzquiz, en el estado de Coahuila (México). Y por años fue el amigo fiel de Don Gonzalo Cruz Marín, un hombre de 55 años, dedicado a la minería y que recientemente fue víctima de una verdadera tragedia.
La vida de Cuchufleto consistía en acompañar noche y día al trabajador, incluso lo seguía hasta la mina de Rancherías en la cual ocurrió el accidente que cobró la vida de Don Gonzalo.
La mina se derrumbó en horas del mediodía y 17 mineros quedaron atrapados dentro de ella. Gracias a las labores de rescate, diez de los trabajadores fueron salvados pero Don Gonzalo perdió abruptamente la vida.
A casi 20 días de haber ocurrido el hecho, el perro continúa merodeando las adyacencias de la mina con la única esperanza de ver nuevamente a su dueño.
Cuchufleto sabe que Gonzalo entró a este lugar y con paciencia espera que en algún momento logre salir.
Para todos en la familia el asunto ha sido una sorpresa, incluso la viuda del minero no logra reponerse de la situación.
“El día del accidente ahí estaba mi perro con mi esposo y (después del siniestro) olfateaba, luego rascaba y rascaba en la bocamina, movía la cola, aferrado porque sabía que ahí estaba mi esposo”, menciona Sandra Idalia Briseño.
Cuchufleto no se rinde y se niega a alejarse de la zona, por eso la mujer lo acompaña con comida. Su lealtad hacia Don Gonzalo ha quedado expresada en los días que lleva esperando con ansias su regreso.