Todos aquellos quienes amamos a los animales sabemos lo que significa la ternura y la sensibilidad que caracteriza la relación con una mascota, como un perro.

Nacemos para morir, una realidad que nos enfrenta tanto a los humanos como a las mascotas a un mismo destino.
A medida que pasan los años y la edad ya no es la misma, nuestros movimientos se hacen pausados, somos más propensos a contraer enfermedades, en fin, nos debilitamos físicamente.

Las instantáneas fueron captadas por un hombre que coincidió con el venerable adulto mayor en el camino, y quien también se dirigía a la consulta con su mascota. No dudó en difundirlas en las redes momentos después, acompañadas por una leyenda.

El abuelo, a pesar de ser de edad avanzada, se preocupa por su compañero peludo lo suficiente como para ponerse en su lugar, identificarse y saber que es débil e incapaz de caminar solo.

Incluso se lo ve limpiándole suave y amorosamente la suciedad del rabillo del ojo y acomodándole su posición en el carrito para asegurarse de que vaya lo más confortablemente posible.
Velar por la comodidad y seguridad de una mascota sólo es cuestión de amor

Y es que, así como este dulce abuelito profesa una auténtica devoción por su orejudo, nuestras mascotas nos quieren con esa incondicionalidad que enamora y conmueve.