Cachorro flaco y herido envuelto en una camiseta y atado a una valla

Un pequeño cachorro herido, anhelando amor, se enfrentó a una crueldad inimaginable por parte de las personas en las que más confiaba. Sus dueños lo envolvieron en una camiseta, lo ataron a una cerca y lo abandonaron sin una pizca de compasión.

Sin dudarlo, Favor acudió al lugar, lleno de preocupación por el indefenso animal. Al llegar, sus peores temores se confirmaron. El cachorro estaba acurrucado bajo un arbusto, con la mirada implorando que alguien lo salvara. El perro, que más tarde se llamaría Teddy, se encontraba en terribles condiciones: hambriento, cubierto de llagas y con infecciones.

Favor no tardó en liberar a Teddy de sus ataduras. Acunó al asustado perro, ofreciéndole el consuelo que le habían negado durante tanto tiempo. Tras colocarlo con cuidado en el coche, Teddy, aún incrédulo de su recién descubierta libertad, olfateó las manos de Favor con ojos llenos de tristeza. Era como si Teddy no pudiera comprender que por fin estaba a salvo.

Favor llevó rápidamente a Teddy al Hospital Veterinario Bay Street en Staten Island, donde recibió una evaluación médica exhaustiva y atención inmediata. Teddy ingresó en el hospital, donde comenzó a recibir antibióticos y tratamiento para sus llagas. El personal del hospital, encantado con su dulzura, lo colmó de cariño y ánimo, con la esperanza de ayudarlo a olvidar la crueldad que había padecido.

Con la bondad que lo rodeaba, Teddy poco a poco empezó a sentirse seguro. Sus ojos brillaron de felicidad y gratitud, y cada mañana saludaba a sus cuidadores meneando la cola. El personal del hospital quedó cautivado por el cálido espíritu de Teddy y la alegría que les transmitía a todos. Continuaron cuidándolo, y Teddy, a cambio, los colmaba de besos, demostrándoles su profundo agradecimiento.