Agotado Perro Trabaja Como Lechero en las Calles por Amor a su Dueño: Un Ejemplo de Lealtad y Dedicación

La lealtad de ciertos animales hacia sus dueños no es un secreto para nadie pero hay casos que sobresalen por la profunda fidelidad que ciertas criaturas tienen hacia sus humanos. Un ejemplo más que claro de esa situación es la historia de Maní, un perrito mestizo de la India que ayuda a su padre en un pesado trabajo.

Maní vive en la localidad de Krishnagiri en el estado indio de Tamil Nadu, y es conocido y amado por los lugareños gracias a su increíble labor como lechero.

Su padre humano llamado Thangavelu es un comerciante de productos lácteos que lo rescató cuando era un cachorrito de sólo semanas y desde entonces ha velado por él.

Maní y Thangavelu se hicieron inseparables con el transcurrir de los años. El peludo acompañaba al aldeado cada vez que iba a entregar la leche en las casas del pueblo y poco a poco fue haciéndose en un can adorable y responsable.

Hace algún tiempo que Thangavelu enfermó y los años lo han hecho cada vez menos activo, así que el hombre decidió apoyarse en su mascota para solventar las dificultades del trabajo. Maní memorizó cada una de las rutas que hacía con su papá humano y un día lo sorprendió al demostrarle su increíble memoria.

Maní lleva sobre su lomo una carretilla especial que el comerciante le diseñó y con ella trasporta la leche que debe entregar cada día.

Maní ha llevado esta vida durante los últimos años y ha sabido cómo ganarse el amor de todos los clientes y el reconocimiento de su padre.

 

Es cierto que la inteligencia de Maní es de admirar así como su gran corazón pero este amiguito no vino al mundo para trabajar.

La estructura ósea de un perrito no está diseñada para soportar un peso tan grande como las latas de leche que trasporta diariamente.

Hay días en los que al animalito se le ve decaído y lo más probable es que no entienda cuándo es su momento de descansar.

En ocasiones la ignorancia lleva a las personas a cometer ciertos abusos. Maní es un perro consentido y amado por su familia, al que no le falta el alimento pero sí mucho más descanso.