Abandonado en un barril: un alma triste y hambrienta lucha contra la desesperanza, aferrándose al último hilo de vida

Ningún perrito debe padecer ante las manos inescrupulosas de algunas personas, sin embargo, hay una realidad de por medio que nos recuerda que algunos seres humanos son insensibles y con una gran habilidad de perjudicar a los más vulnerables.

Todo comenzó cuando Takis Shelter, un apasionado de los animalitos se acercó a una comunidad humilde, aún no identificada, para ayudar a un cachorrito que estaba en pésimas condiciones, con apenas unos meses de edad, vagaba por las calles completamente desorientado suplicando un gesto de amor.

Takis y su asistente escucharon el llanto de un segundo cachorro, ante ello, decidieron rastrear de dónde provenía. Para su sorpresa, encontraron a un pequeño perrito dentro de un enorme barril azul, estaba completamente asustado y muy empapado, el día anterior había llovido fuerte.

Sin embargo, estaba muy débil y en shock, y cómo no, si había pasado por tanto en tan poco tiempo. Takis le pidió a su asistente que usara guantes en caso de que el perrito atacara, comprensiblemente luchó contra su rescatista y le mordió los guantes.

Ambos perritos fueron trasladados al refugio, el primer perrito rescatado cedió con mayor facilidad ante el cuidado de sus rescatistas, el segundo, por su parte, se negó a salir de la esquina.

Takis y su equipo no se dieron por vencidos, tenían fe de que podían ayudar al perrito y ganarse su confianza. Llevó tiempo, pero finalmente, el esfuerzo valió la pena.