Existen personas, quienes, por decir lo menos, nos deshonran y desdicen como especie. Se trata de seres sin la más mínima compasión por otros más vulnerables como lo son los animales de compañía. Y es que, la indiferencia, crueldad y desidia hacia ellos puede costarles muy caro. Ellos no tienen voz, no pueden valerse por sí mismos.
Pero, no solo debió permanecer en esa situación tan humillante y extrema, sino que durante todo ese tiempo no probó casi bocado o agua, por lo cual se encontraba gravemente desnutrido, a punto de morir de inanición.
Asimismo, vecinos del sector confirmaron el tiempo que duró el animal en ese estado. También dijeron que nadie de ellos se ocupó de ayudarle por temor a las represalias que pudiera llevar a cabo la acaudalada, pero tan inhumana familia.
Por un milagro de la Providencia, Mateus logró sobrevivir a su tortura todo ese interminable mes. Su caso se hizo público y un grupo de activistas por los derechos de los animales lograron intervenir justo a tiempo para evitar que el canino sufriera un daño aún mayor.
El peludo fue sacado de ahí y trasladado de emergencia a una clínica veterinaria para examinar a profundidad su estado de salud y recibir los cuidados y el tratamiento médico correspondientes.
No nos cansaremos de repetirlo: Tener una mascota demanda la misma responsabilidad que tener un hijo. Está visto que, no todo el mundo está capacitado para esta tarea. Aún hay muchos por ahí que siguen llevando mascotas a sus hogares, para luego hacerlas vivir en el oprobio, la humillación y la precariedad.
Comparte esta historia con tus seres queridos. No importa si un animal es capaz de razonar, sí son capaces de sufrir, por ello debemos considerarlos como a nuestros prójimos.