La historia de Dojo es una de supervivencia contra adversidades abrumadoras. Durante un tiempo indeterminado, vagó por las implacables calles de Colton, California, consumiendo su cuerpo mientras buscaba cualquier cosa remotamente comestible.

Impactados por el frágil y descuidado cachorro, los empleados no podían ignorarlo. De inmediato comenzaron a alimentarlo, ofreciéndole el primer rayo de esperanza que había experimentado en mucho tiempo. Todos los días le daban comida y agua, mientras lo observaban recuperar fuerzas poco a poco. A pesar de sus cuidados, sabían que Dojo necesitaba mucho más de lo que ellos podían proporcionarle. Necesitaba atención médica, un lugar seguro donde dormir y, lo más importante, una familia que lo quisiera incondicionalmente.

Rebosante de alegría, Tera le dio de comer pollo y arroz caliente. Dojo devoró su comida, saboreando cada bocado. Seguramente hacía mucho que no comía bien, y su cuerpo ansiaba alimento. Esa misma noche, lo llevó al veterinario para un examen completo.
Los resultados de la radiografía fueron desgarradores: Dojo había estado sobreviviendo a base de rocas y cables, consumiendo todo lo que podía para mantenerse con vida. Si no podía expulsar los objetos extraños de forma natural, necesitaría cirugía. El veterinario explicó que esta era una táctica de supervivencia común para perros hambrientos, pero que a menudo causaba graves complicaciones de salud.

Una vez que Dojo se recupere por completo, comenzará el siguiente capítulo de su vida: encontrar un hogar definitivo lleno de amor y seguridad. Los posibles adoptantes pronto tendrán la oportunidad de conocerlo y darle la vida que siempre mereció. Con su espíritu resiliente y su corazón amoroso, pronto encontrará una familia dispuesta a recibirlo con los brazos abiertos.