Cada vez que vemos a un perrito en la calle los verdaderos amantes de los animalitos siempre querremos acariciarlos.
Si bien este encuentro pude ser porque el peludito está disfrutando de un paseo en compañía de su dueño, o un en escenario más desalentador al ser abandonado, hay casos un poco más extraordinarios que nos confirman una vez más lo inteligente y hábiles que pueden ser nuestros amigos de cuatro patitas.

No pasó mucho tiempo para que la rutina de Boji se hiciera evidente entre los usuarios del transporte público.
Y cómo no, si se trata un perro extremadamente inteligente que se ha ganado la admiración y el respeto de todos los lugareños al usar de forma segura e independiente el metro, la vía del tranvía, el ferrocarril e incluso el ferri.

Lo curioso del asunto, es que Boji pareciera saber exactamente a dónde va cada vez que sube o baja del tren.
Conoce las reglas del transporte público, cede el paso a los pasajeros que desembarcan, espera detrás de la línea de abordaje, y entra al tren tan pronto como comprende que la entrada esta libre para su ingreso.

Si bien, esta hermosa bola de pelos no tiene una familia única que vele por su bienestar, cuenta con el apoyo de todos los trabajadores del departamento de transporte público.
Y, por supuesto, de los usuarios quienes lo llenan de mimos y no paran de hablar del perrito que sabe movilizarse en el transporte público.

Dependiendo del clima, Boji espera en la terraza si el día está fresco, o entra a la estación si hace frío o llueve, no importa donde este, siempre será contemplado y admirado por aquellos que lo miran con amor.
Solo basta que los usuarios lo vean a bordo para que le tomen algunas fotografías y quieran consentir al perrito que sin quererlo se convirtió en toda una celebridad local.
La zona del tren subterránea se conoce como bogie, en la terminología ferroviaria, y bogie se traduce como boji en turco.

Afortunadamente, la Municipalidad de Estambul decidió colocarle un rastreador no solo para registrar qué tan lejos viaja diariamente sino para poder saber dónde se encuentra.

Tras analizar el chip, se determinó que Boji visita alrededor de 29 paradas al día, recorriendo una distancia de 30 kilómetros diarios. También descubrieron que la línea M4 es la favorita del perrito.