Drools, una mezcla de pitbull y bóxer , tenía cuatro años cuando el Refugio de Animales Conour lo acogió por primera vez en sus instalaciones en Monte Vista, Colorado, hace un par de años. Los voluntarios le tomaron cariño de inmediato gracias a su carácter alegre y dulce. Por ello, creyeron que pronto encontrarían una nueva familia dispuesta a cuidarlo permanentemente. Pero se equivocaron. Desafortunadamente, 720 días después de su llegada, el perro permanece en las instalaciones.
A través de una publicación en redes sociales, el centro está intentando recopilar solicitudes de adopción, con la esperanza de que este sea el momento oportuno. El personal cree en el potencial del perro, un compañero de juegos fantástico, siempre que una buena familia le dé la oportunidad. Según miembros del centro, la falta de solicitudes se debe al carácter difícil del cuadrúpedo . De hecho, si bien es capaz de conectar fácilmente con los humanos, lamentablemente no puede decirse lo mismo de la relación con sus compañeros.
nos cuenta Kacey Widetich, operadora de Relay For Rescue , quien ha tenido la oportunidad de conocerlo de cerca durante los últimos meses, : “Es la viva imagen de la pureza, pero le cuesta interactuar con otros perros y gatos . Esto lo convierte en un perfil menos atractivo para los posibles padres adoptivos. Quiere ser el único rey de la casa y no acepta la idea de compartir espacio con otro “peluche”. Debido a los constantes rechazos, la confianza en sí mismo de Drools se ha visto afectada.
Habitualmente optimista, el fiel amigo ha perdido parte de su antigua vivacidad. Se siente perdido, condenado a vivir en la perrera. Sin embargo, Kacey reconoció de inmediato en él una personalidad adorable y hoy pasa las tardes cuidándolo en la perrera para que se sienta protegido e importante.