Atado a la intemperie y sin refugio, Kristoff soportó dos días de temperaturas gélidas potencialmente fatales. Cuando un ciudadano preocupado contactó a la línea directa de la Sociedad Protectora de Animales, los agentes de control animal respondieron rápidamente. Encontraron a Kristoff encadenado al suelo cerca de una caseta para perros, incapaz de escapar del frío intenso. El termómetro marcaba -8 °C y el suelo estaba cubierto de hielo.

El perro, un mestizo mayor de entre 8 y 10 años, fue rescatado en estado crítico. Rígido, inestable e incapaz de mantenerse en pie, Kristoff estuvo a punto de desarrollar neumonía. Gracias a la oportuna intervención del personal veterinario, recibió un baño caliente, antibióticos y analgésicos que le salvaron la vida.
A pesar de todo lo que había pasado, Kristoff era increíblemente cariñoso. Con su carácter amable y su deseo de acurrucarse , rápidamente se ganó el corazón de sus rescatadores. Ahora, el perro se enfrenta a nuevos desafíos: padece una enfermedad renal crónica y su vista y audición se están deteriorando. Sin embargo, su espíritu se mantiene fuerte. Le encantan los paseos tranquilos, el cariño del personal y los momentos de relajación.

Kristoff sigue en tratamiento, pero el refugio está trabajando para encontrarle un hogar amoroso . Una vez que se completen sus evaluaciones médicas y sea liberado oficialmente de su anterior dueño, estará listo para comenzar una nueva vida.
El personal del refugio está decidido a brindarle años de calidez, cuidado y amabilidad. Para Kristoff, lo peor ya pasó, y su futuro se ve prometedor gracias al amor de quienes lo salvaron.
