Los perros son seres verdaderamente leales, no solo con los humanos sino también con otros perros con los que llegan a establecer enormes lazos de amistad que pueden durar toda la vida.

La fundación recibió una llamada sobre un perro que había sido abandonado en los muelles, por lo que lo bautizaron Puerto. Cuando llegaron allí se dieron cuenta de que se encontraba en terribles condiciones y necesitaba con urgencia de algún alma caritativa que pudiera darle un nuevo hogar y ayudarlo a recuperarse.

En el mismo lugar alguien había abandonado a otra perrita. Se dirigieron allí lo más rápido posible y la encontraron sumamente asustada, no podía para de temblar.

La perrita guió astutamente a los rescatistas hasta la parte de atrás de un automóvil en donde había otra perrita. Se trataba de una amiga que se encontraba tan hambrienta y aterrada como ella.

El primer perro que había sido rescatado en el puerto había corrido con mucha suerte y muchas personas se habían ofrecido a ayudarlo, así que comenzaron a contactar nuevamente a todas estas personas en un desesperado intento de lograr salvar la vida a estas dos asustadas perritas.

La fundación estaba esperando por un verdadero milagro, ya que tenían fecha límite para poder ser adoptadas. Fue entonces cuando un alma caritativa decidió abrirles las puertas de su casa y las llamó Hope y Grace-Kelly.

Después de permanecer un tiempo en hogares temporales, estás lindas perritas logran ser adoptadas y formar parte de una familia donde nunca les volverá a faltar la comida y el amor.