La encontraron atada del cuello en una casa olvidada, con la mirada rota de quien ya no espera ser salvada.

A lo largo de los años, hemos sido testigos constantemente de hechos vejatorios que van en contra de los derechos a la salud, a la alimentación y el bienestar de nuestros queridos y nobles animales de compañía. Situaciones francamente deleznables que solo merecen todo el repudio de nuestra parte.

Sin embargo, como toda moneda tiene dos caras y existen personas malvadas que atentan contra la vida sus mascotas, también es importante resaltar la labor de todas aquellas personas que, por el contrario, se desviven por darles una segunda oportunidad una vez los rescatan.

Sus ladridos eran tan lastimeros que no pasaron desapercibidos para un grupo de voluntarios que se dieron cuenta de las condiciones en las que se encontraba la perrita de apenas unos días de nacida y, de inmediato decidieron actuar en consecuencia, liberándola finalmente para proporcionarle un nuevo aire de tranquilidad a su corta vida.

En verdad, las personas que cometieron tamaño acto de indignidad, no solo se conformaron con dejarla sola y desamparada, sino que además se aseguraron de que el animalito no pudiera escapar, amarrándola con fuerza desde el cuello a un pilar, en una acción premeditada y vil que, sin duda, merece ser castigada como el delito que representa.

Había sido sujetada con tanta fuerza y brutalidad, que la soga ya comenzaba a incrustarse en su piel, causándole heridas cutáneas, dejándola en carne viva, lo que le producía a la pobre un dolor indescriptible.

De inmediato, el animalito fue trasladado a un centro veterinario donde se le brindaron los primeros auxilios con prontitud, curaron sus heridas abiertas y la alimentaron adecuadamente hasta que comenzó a recuperar su peso normal y a crecer sana.

En cuanto a los seres de corazón de piedra que cometieron este atropello contra un pobre animal indefenso, hasta el momento se desconoce su paradero o identidad, pero las investigaciones continúan, ya que, casos como este no deberían suceder y, de hacerlo, no deben quedar impunes bajo ningún concepto.