Ser una perrita callejera no es nada fácil. Lamentablemente, el número de callejeritos en el mundo aumenta a pasos agigantados. Y es que, estos inocentes lomitos ni siquiera deberían ser llamados así. Seamos sinceros, no son animales de la calle, en su mayoría son mascotas abandonadas.
Uno de estos peludos vulnerables, de aspecto rudo y enfermizo, que luchaba por sobrevivir en la soledad de la calle, era Elsa. Pero a pesar de que no tenía un hogar, no estaba sola…
Por suerte, del otro lado de estas historias, surgen verdaderos héroes sin capa, como los voluntarios de Ray Animal Rescue, en Rumania.
La organización, fundada y dirigida por Raisa Giulia, realmente se deja la piel por cambiar el destino de cientos de animales urgidos de cuidados especiales y amor.
Pero si bien estaba suplicando a gritos ser salvada, en realidad su petición venía con una condición importantísima: QUE RESCATARAN A SU AMIGO.
Elsa contaba con la amistad incondicional de otro perrito al que llamaron Hugo.
¿Has visto mayor ejemplo de lealtad y fraternidad? Ellos eran hermanos en el dolor, el hambre y la desolación. Y aunque era ella la que necesitaba mucha más atención, no se marcharía sin Hugo, aunque eso significara incluso no ser salvada.
Raisa notó que la calvicie afectaba a la mayor parte del cuerpo de Elsa. Estaba segura de que algún tipo de ácaro era la causa. Llevaron a ambos perritos al veterinario, ahí la examinaron y vieron que casi no quedaba pelo sobre la piel enrojecida de Elsa.
Ray Animal Rescue se centró en un tratamiento intensivo que consistió en delicados baños médicos, para que Elsa pudiera encontrar un hogar para siempre lo antes posible. Pero Hugo era un perrito saludable y la verdad, empezaba a volverse más independiente, y estaba listo para que le buscaran un hogar.
Por suerte, Elsa se convirtió en el ser más cariñoso y hermoso que nunca, se parecía más a una princesa de un cuento, que a la criatura sin pelo que una vez suplicó ayuda.
Después, Raisa le consiguió un hogar de acogida para que se acostumbrara a vivir bajo un techo, antes de destinarla a su familia definitiva.
La familia de acogida de Elsa enseguida empezó a amar a la dulce perrita
Andreea y María fueron sus madres temporales. Pero, ¿qué crees que sucedió? Lo que le hubiera pasado a cualquier amante de los animales. Pues que ellas fracasaron como madres de acogida, y se enamoraron perdidamente de Elsa.