En el mundo existen muchos casos de pérdida y abandono de animales, y esto es justamente lo que le sucedió a Asher, un perro de 14 años. Después de lo que parece ser haber estado extraviado durante varios días, fue encontrado en un campo del condado de Orange, California.
Asher presentaba una enfermedad que no le permitía moverse en lo más mínimo sin sentir dolor, por lo que al ser encontrado todo su pelaje estaba cubierto de orina y suciedad. En este estado, los rescatistas lo llevaron al refugio local donde claramente decidieron esperar a que sus familiares aparecieran para llevarlo a casa, pero eso jamás sucedió.
Por suerte, Kelly Smíšek, la directora ejecutiva de Frosted Faces Foundation (FFF), se enteró a tiempo del caso de Asher y decidió hacer algo al respecto antes de que fuera demasiado tarde. Kelly llevó a Asher a su casa, dispuesta a salvar su vida y darle una segunda oportunidad de ser amado y disfrutar lo que le quedaba de tiempo tanto como fuera posible.
Cuando Asher se mostró más calmado, fuerte y animado, Kelly lo llevó al veterinario donde hicieron los exámenes necesarios para saber cuál era su condición y conseguir así un medicamento que le ayudara a aliviar sus síntomas.
Fue entonces cuando lo diagnosticaron con parálisis laríngea, una enfermedad que hizo que sus vértebras se fusionaran completamente con su cuello causando así una fuerte artritis y por consiguiente una serie de dolores e inmovilidad.
Para esto, a Asher le administraron algunos medicamentos, suplementos y esteroides que además de permitirle movilizarse y respirar con mayor facilidad, también hizo que se animara a continuar viviendo y disfrutando al lado de sus nuevos dueños por un par de meses más.
Después de un par de días, aunque aún no podía hacerlo como cualquier otro perro lo haría, Asher comenzó a comer y caminar con mayor facilidad, logrando divertirse así del espacio que le proveía su nueva casa junto con la compañía de sus dueños y los animales que también vivían ahí.
Aquí puedes ver lo feliz que está por poder caminar por su cuenta:
Finalmente, Asher falleció cuatro meses después de haber sido rescatado del refugio, y aún cuando fue un corto tiempo, hizo feliz a todos los que estuvieron a su alrededor, recibiendo además todo el amor que se merecía.
Asher fue muy feliz con su familia desde el primer día. ¡Hasta le ponían sombreros!
Esta historia sólo nos hace darnos cuenta de que todos merecen segundas oportunidades, y que con un poco de amor y dedicación se puede generar un enorme cambio en sus vidas.