Durante las fiestas decembrinas, todos anhelamos tener un presente que nos haga felices. Nos deshacemos en proponernos metas para comenzar el año que, muchas veces, no duran sino hasta las primeras semanas de enero. “Este año sí que me meto en un gimnasio” o, “Voy a dejar de beber”, son de las más trilladas e incumplidas, incluso algo risibles.
Para algunas personas este influjo de ánimo extraentusiasta, pero breve, también se extiende a sus deseos de tener una mascota sí o sí, sin tener en cuenta si realmente podrán hacerse cargo de cuidar de ese animal.
Esta fue, precisamente, la realidad con la cual se encontró el refugio para mascotas Stray Rescue of St. Louis, ubicado en la ciudad de San Louis, Estados Unidos. Los voluntarios recibieron una llamada de un camionero, quien les avisó que había encontrado una cajita con tres pequeños perritos a un costado del camino.
Cuando vieron la escena, los rescatistas tardaron un poco en confirmar la información provista por el conductor de autobús. Sin embargo, desafortunadamente, se percataron de que, efectivamente se trataba de tres peluditos recién nacidos que fueron dejados allí en muy malas condiciones, por alguien que se cansó rápidamente de ellos.
Después de que recuperaron un poco su peso y energía, recibieron el tratamiento médico correspondiente para curar sus heridas, aún abiertas e infectadas, en algunos casos. Esto hizo presumir a los especialistas que los perritos podrían estar padeciendo de otras enfermedades. Afortunadamente, juntos han encontrado nuevamente la alegría y la salud.
“Estaban en muy malas condiciones. Descubrimos que tenían heridas abiertas, infectadas en algunos casos. Esto podría llegar a significar, que estuvieran sufriendo de otro tipo problemas de salud”, añadieron los veterinarios.
Por su parte, todos en el albergue coincidieron en que, debido a las fechas navideñas y a las características físicas de los animalitos, el hallazgo fue producto de alguien que recibió a los tiernos animalitos como regalo pero que, al parecer, no le hicieron demasiada gracia. Ahora esperan por un verdadero hogar en donde los amen como merecen.
Comparte esta historia con tus seres queridos. Quizás debamos pensarlo dos veces antes de regalarnos unos a otros un ser vivo. ¡Las mascotas no son juguetes!