A pesar de lo que te cuentan las noticias, en este planeta suceden cosas maravillosas, amén de las tragedias y situaciones de peligro.
James siguió los llantos hasta que encontró a un perrito dentro de un pozo séptico de un terreno abandonado.
El pobre estaba agotado de tratar de escapar del pozo.
El destino los unió y juntos van a permanecer. James le puso el nombre de Puddle (en inglés, charco) y en pocos días se había recuperado del susto.
Aunque ¿parece extrañar los malos olores del pozo?
Pero sin dudas Puddle es una mascota feliz. Hoy vive en su nuevo hogar, agradecido del hombre que le salvó la vida.
¡Comparte esta maravillosa historia, que seguro le saca una sonrisa a quien la lea!