Nino es un hermoso perrito de que logró conquistar a su dueña con sus enormes ojos. Kamila Ferreira se encontraba buscando un peludito y en cuando vio a Nino supo que era el indicado.
La adopción resultó todo un éxito pero Kamilla no lograba entender por qué muchos extraños en la calle parecían aterrados de cruzarse con el dulce perrito. Lamentablemente, esta raza de perritos sufre de una inmerecida fama. Como muchos, Nino es una prueba de que los pitbull son dulces y amorosos.
Recientemente, Kamilla decidió dar un paseo con su hermana Carol y Nino. Disfrutaron de un maravilloso día en la playa. Nino no conocía el mar, así que fue un día lleno de emociones. Jugó con Carol y recorrió la arena a toda velocidad lleno de alegría.
Cuando ya era hora de regresar a casa, el enérgico perrito se encontraba completamente agotado y moría de ganas por tomar una merecida siesta. Carol fue la primera en aprovechar el asiento trasero del auto para quedar profundamente dormida.
Nino seguía muy emocionado y adoraba disfrutar la vista del paisaje a través de la ventana, pero había jugado tanto que a duras penas podía mantenerse despierto. Fue entonces cuando Kamilla dio un vistazo a su perrito y comprobó la graciosa manera en que se estaba quedando dormido.
Nino estaba recostada en el asiento y cabeceaba de un lado para otro. Tocaba a Carol dulcemente con sus patitas mientras se dormía con una extraña posición que hacía que su cabeza se balancease.
Minutos después intentó continuar su siesta con la más extraña de las acrobacias y ubicó su cabecita hacia arriba. Finalmente, el adorable perrito encontró un lugar perfecto para él: el hombro de Carol.