Reba es una linda perrita que hacía vida en las calles. No se sabe cómo llegó allí, pero lo que sí es seguro es que cada vez le quedaban menos fuerzas para vivir.
Cuando vieron un pequeño animal acurrucado en la carretera, pensaron que era un ciervo, no una perrita.
Su única fuente de alimento era la basura que encontraba en las avenidas y alguna que otra cosa que los vecinos del lugar le daban. Su situación llegó a ser tan alarmante que se le podía ver en los huesos.
Kris Lenker y su esposo se encontraban conduciendo en Connecticut cuando vieron a Reba. Lo primero que pensaron era que se trataba de un ciervo en apuros.
No fue tarea sencilla. Reba había tenido muy malas experiencias y se sentía verdaderamente aterrada cada vez que un humano se acercaba a ella. Cuando el auto de Kris se detuvo cerca de la perrita ella se fue corriendo por un sendero.
Kris logró divisarla un par de veces pero la pobre no hacía más que esconderse. Kris siempre ha amado a los animales así que supo que no debería rendirse.
Después unos minutos encontró a la perrita acurrucada detrás de una cerca. Poco a poco Kris se fue ganando su confianza.
Le habló de la manera más dulce posible y la hermosa perrita pareció comprender que ahora se encontraba a saldo. No solía confiar en nadie pero de alguna manera parecía entender que era el comienzo de una nueva vida.
La llevaron en el auto y desde ese instante Reba y Kris son inseparables. Camino a casa, esta linda peludita jamás dejó de abrazarla.
«Ella me abrazó con sus patitas y me permitió llevarla alzada hasta el auto», recordó Kris.
Estaba agradeciendo a sus salvadores. Realmente se encontraba agotada después de pasar tantos peligros y penurias en la calle.
«Reba durmió todo el camino de regreso a casa con su cabecita sobre mi regazo», dijo Kris.
Los primeros días no fueron fáciles para Reba. La pobre estaba confundida porque nunca había tenido un hogar, pero con el paso de lo día finalmente comprendió que ahora si estaba a salvo
La familia Lenker tiene otros perros en casa así que esta linda peluda ahora cuenta con una gran familia. Poco a poco ha ido aprendiendo cuáles son las normas del hogar y lo mejor de todo es que está comiendo y ha logrado subir de peso.
Reba ya lleva dos años viviendo con Kris y ha logrado llegar a su peso ideal, recibió todas sus vacunas y está completamente libre de peligro.
«Sus niveles de energía han mejorado mucho y se ha vuelto más cariñosa, solo quieres dar besos», dijo Kris.
Es una gran alegría saber que el oscuro pasado de Reba ha quedado atrás, ahora cuenta con el amor y el apoyo incondicional de su familia. Esta es la suerte que se merecen todos los perritos de la calle.