El Perrito que Parecía Haberse Convertido en Piedra, Ahora Brilla con una Belleza que Conmueve el Corazón

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La vida en la calle puede ser tan dura que esto se refleja en el semblante de cualquiera. Pero en la historia Grinch, un perrito callejero, el asunto puede ser más literal de lo que muchos imaginan.Perrito

El caso de Grinch era bastante especial y delicado. Su apariencia impedía incluso saber qué tipo de perrito era, así que sus cuidadores decidieron pedir apoyo a los chicos de Rescue Dogs Rock NYC, quienes no dudaron en colaborar con la causa.

Randie agregó que Grinch “parecía más una estatua que una criatura viviente”. Las infecciones en su piel eran severas y a simple vista causaban gran dolor, su mirada triste y lastimera así lo evidenciaba.

Con la colaboración de todo el equipo y un estricto tratamiento, la piel del can comenzó a sanar y sus costras desaparecieron progresivamente. Para lograrlo fueron necesarios muchos baños y aplicar diferentes pomadas.

En diciembre pasado, el perro viajó al noreste de los Estados Unidos para conocer a su familia temporal.

«Para ese entonces, aún era muy tímido y le tenía miedo a todos los que lo rodeaban. Se alejó de otros perros”, recordó Semel.

En lo que va del año, la nueva madre adoptiva de Grinch ha trabajado en la confianza del perrito y con mucho cariño lo está ayudando a dejar su pasado atrás. Aunque aún le queda camino por recorrer, el perro ha avanzado mucho y su pelito también comenzó a crecer.

Cinco meses después de su rescate, sus cuidadores descubrieron que este chico es una mezcla de pastor alemán. Semel continúa haciendo el seguimiento de su caso e informó que hace un par de semanas el perro conoció a otra familia de acogida que cayó derretida ante en sus encantos.

Este perrito sufrió muchísimo por años y todo eso se reflejaba en el lamentable estado físico y emocional que tenía en el momento de ser rescatado. Sin embargo, gracias al trabajo de los voluntarios su vida cambió para siempre y confiamos en que nunca más deba pasar por el trabajo que vivió en la calle.

La historia de Grinch nos demuestra que nunca es tarde para bridar una segunda oportunidad a estas criaturas.