Un perrito es ese amigo incondicional que siempre estará para alegrarnos, regocijarnos con su lealtad y demostrarnos el más puro amor.
Si bien no para de sorprendernos la crueldad de algunas personas y la constante necesidad de tratar mal a los animalitos, creemos profundamente que son muchísimas más las personas de buen corazón que apuestan por el bienestar animal y luchan para que sus vidas transcurran en total armonía.
Esta es una de esas historias que empiezan de una manera amarga y nos arruga al corazón al saber que un perrito sufrió tanto, pero por fortuna, aparecieron ángeles terrenales quienes hicieron todo lo posible por salvar su vida.
El perrito fue abandonado en una bolsa negra, tirado en medio de la carretera como si fuera basura, estaba muy golpeado, gravemente herido. Evidentemente quién le hizo esto lo dejó con total la intención de que muriera.
Cuando sus rescatistas lo encontraron, una de sus patitas estaba muy lastimada, tenía una severa fractura, su pelaje estaba muy sensible, también tenía algunas laceraciones que no de ser tratada a tiempo, podía infectarse y emporar su situación.
Ahora se encontraba luchando por su vida y confiando en las nuevas personas que lo estaban salvando.
El perrito fue trasladado de emergencia a un centro de bienestar animal en Transilvania, donde recibió atención médica veterinaria de los mejores profesionales en el área.
Tras realizarle varios estudios los veterinarios confirmaron que tenía una lesión cerebral grave. Su diagnóstico era bastante delicado pero no estaban dispuestos a darse por vencidos.
No fue un proceso rápido, mucho menos sencillo, hubo momentos con muchos altibajos en los que sus cuidadores pensaron que lo habían perdido, pero la luz de Anora seguía encendida y poco a poco tomó fuerza hasta brillar como nunca y recuperarse por completo.
Todo esto fue posible gracias a los cuidados y el infinito amor que recibió por parte del personal de la clínica veterinaria. Cuando su salud se estableció, fue trasladado a Reino Unido, allá lo esperaba una familia que sin conocerlo ya lo amaba, estaba ansiosa por darle los mejores años de su vida.
Anora se ha convertido en un valiente perrito, ama correr por todas parte, es fuerte pero sobre todo, muy amoroso. Su vida cambió por completo y para siempre.
Pasó de estar al borde la muerte, a disfrutar de una vida amorosa y completamente feliz al lado de una verdadera familia.