Las palabras se quedan cortas para describir la atrocidad cometida por este hombre, que intencionalmente, quería acabar con la vida de un ser inocente. ¡Por poco lo consigue y hubiese quedado en el anonimato! de no ser por un ángel que llegó justo a tiempo.
¡Qué terrible lo que tuvo que pasar, cuánto dolor, agonía y desesperación! No podía ladrar, ni moverse, estaba perdiendo la respiración, lo único que le quedaba era esperar su muerte o un milagro.
La Policía acudió enseguida y fue socorrido. Los veterinarios que lo atendieron informaron que de no ser encontrado en ese momento, no hubiese resistido un par de horas más, la cinta aislante había causado una gran inflamación, que le estaba cercenado lentamente su vía respiratoria. Fue muy difícil retirar la cinta, que ocasionó daños en su piel.
Finalmente, los agentes de la Policía detuvieron al responsable de este lamentable hecho, un hombre de 32 años, Michael Windsor Earl Hill, de Amherstburg, permanecería en custodia durante el proceso de investigaciones y audiencias.
Un tribunal de Ontario escuchó a Michael Hill, a lo que el procurador, Craig Houle, dijo a la corte: «No hay otra manera de describir este acto, es un acto despreciable de la depravación».
Dean realizó una petición en línea pidiendo justicia para la víctima de Michael, y obtuvo más de 60.000 firmas. Este apoyo mostrado por la sociedad que hizo ver su indignación ejerció una gran presión para que se aplicara la mayor condena que ha sido otorgada en ese condado por casos de crueldad animal, aunque para muchos nos parezca poco.
Aunque Justice tiene solicitudes para adopción, todavía necesitara tratamiento médico, por lo que va a permanecer bajo el cuidado de la Sociedad Protectora de Animales de Windsor-Essex.