Con la mirada rota y sus huesos marcados, el perrito agonizaba día tras día, abandonado en una azotea.

Afortunadamente, la vida de muchos peluditos ha cambiado por completo gracias a la colaboración de activistas, organizaciones y grupos de rescate, pero sobre todo, de amantes de los animalitos que alzan su voz para exigir justicia por todos aquellos que padecen en manos de seres inescrupulosos.

Scott es un labrador anciano que pasó toda su vida encerrado en la azotea de una casa en Valle del Cauca, Colombia. Con la mirada más triste que puede tener un perrito pedía desde lo alto que fuera rescatado.

Por su suerte, su caso llegó a la Fundación Una Amiga, quienes actuaron para darle al peludito toda la atención que merecía.

Con 14 años edad, había pasado los mejores años de su vida en condiciones deplorables, ahora solo desea que sus años dorados sean mucho mejor que su pasado.

El peludo prácticamente era piel y huesos, sus costillas se sobresalían y parecía cansado del infortunio que vivía. Sin duda, había aguantado mucha hambre.

Una vez en la clínica veterinaria dieron a conocer su diagnóstico, lamentablemente, su desnutrición es severa y debe someterse a un largo tratamiento antes de encontrarle un nuevo hogar.

Solo es cuestión de tiempo para que Paul esté completamente saludable. Confiamos que logrará superar este obstáculo y tendrá mucha fuerza y amor para dar a quienes desean darle una nueva y mejor vida. Infinitas gracias a todos los que alzaron la voz, sin ustedes el rescate no hubiera sido posible.