Muchos perros en las calles deciden aislarse antes de tener contacto con las personas. ¿La razón? Son víctimas de malos tratos tan severos y profundos, que se convierten en criaturas nerviosas y desconfiadas.
Los voluntarios de Hope for Paws supieron de la existencia de la perrita, así que decidieron ir por ella y brindarle una segunda oportunidad.
Lo que los voluntarios ignoraban sobre el animalito era el temor que le despertaban los hombres.
Esto les hizo deducir que posiblemente la persona responsable de sus traumas haya sido un individuo cruel. La resistencia de la pitbull a los varones no fue motivo para cruzarse de brazos y decidieron intentarlo.
Eldad decidió ir un poco más lejos y comenzó a acariciar la cabeza a la perrita. Al principio ella temía su afecto y cercanía, pero poco a poco se fue entregando a su cariño y hasta se dejó poner una correa alrededor del cuello. Todo parecía indicar que ese día, sería el gran día.
Estaban felices de haber logrado este avance. Llevaron a la perrita consigo, le pusieron por nombre Nala y la encaminaron hacia su nueva vida. A pesar de algunos males propio del abandono en las calles, como pulgas y problemas de nutrición, la salud de la pitbull estaba bastante bien.
Nala fue asignada a un hogar de acogida temporal, mientras llega una nueva familia. Por suerte, esta perrita pasó de estar en una zanja en medio de una enorme ciudad, a tener un lugar lleno de amor y atenciones donde recobrar la confianza en los humanos.
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